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lunes, 20 de julio de 2015

Las mujeres que aprendieron a defender su clítoris

 

La comunidad embera-chamí lucha por erradicar la ablación en Colombia, el único país americano donde se ha registrado esta práctica. Autoridades gubernamentales e indígenas optan por una transformación cultural que durará décadas

Mistrato (Colombia) 

Dos mujeres de la comunidad embera-chamí.
Dos mujeres de la comunidad embera-chamí. / Freddy Cabarcas (UNFPA Colombia)
Norfilia Caizales no supo que le faltaba una parte de su cuerpo hasta hace unos años. Fue una buena mujer desde niña. Su madre le enseñó a moler maíz, a amasar arepas y a cargar con la casa, pero no a tener hijos. Con eso se encontró después. Su aparato reproductivo fue siempre un misterio, no sabía qué era la regla ni dejó que su esposo la tocara hasta que, confusa, un mes después de casarse fue a ver a un cura que la consoló cuando le dijo que el contacto dentro del matrimonio no es pecado.
Las mujeres embera-chamí viven escondidas de su propio cuerpo. Es sagrado, como una flor que se marchita si ve la luz. Es un objeto frágil del que salen las criaturas que mantienen viva la comunidad. Dentro de esta reserva, donde la tradición es la ley, las mujeres de esta etnia han perpetuado con naturalidad durante siglos, no se sabe cuántos, una práctica que nadie sabe con exactitud cuándo empezó a practicarse en América: la ablación de clítoris.
En 2007, los embera-chamí rompieron un conjuro, una especie de mal de ojo. Ese año, una niña falleció en el hospital de Pueblo Rico, en el departamento de Risaralda, en el centro de Colombia, donde viven unos 25.000 emberas. Esa muerte puso al país, y al continente, en el mapa de la mutilación genital femenina, que se pensaba restringida a África y Asia. El médico que atendió a la niña se dio cuenta de que le faltaba el clítoris. El caso abrió la caja de los horrores. Aparecieron otras niñas mutiladas y se supo que la mayoría de las mujeres de esa comunidad lo estaban. La sociedad volteó a ver a estos indígenas. Los llamaron salvajes, impíos, violentos y empezó la lucha por su erradicación.
Norfilia Caizales no sabía tampoco que la parte que faltaba en su cuerpo era el clítoris. No sabía para qué sirve ni para qué se lo quitaron. Ahora, con una lucidez deslumbrante, casi revolucionaria, quiere ser partera para que ninguna otra niña vuelva a pasar por esto en Colombia.

Las parteras

Una partera escucha una conferencia sobre los derechos de la mujer y los peligros de la ablación de clítoris durante un taller en Colombia.
Una partera escucha una conferencia sobre los derechos de la mujer y los peligros de la ablación de clítoris durante un taller en Colombia. / F. Cabarcas (UNFPA)
Las parteras son las mujeres que ayudan a las embarazadas a traer niños a la vida. Son, por su sabiduría, un tipo de autoridad para los indígenas similar, aunque inferior, al sus médicos, que llaman jaibanás. Ellas saben qué debe comer una mujer encinta para que el bebé crezca sano y cuerdo. Saben cuál es el proceso del parto y qué preparado de hierbas y remedios aplicar en cada momento, algo que mantienen en secreto. Y saben también que a la mayoría de las mujeres embera-chamí les falta el clítoris, aunque nunca lo hubieran llamado así.
El cuerpo de la mujer es tan privado que el sexo solo se da en la oscuridad y los hombres no pueden ver cómo nacen sus hijos. La embarazada se arropa en su madre, su abuela y la partera. Solo ellas saben cómo hacerlo y, cuando llega el momento, se transmiten el conocimiento de generación en generación. “Mi mamá me enseñó que para tener el bebé tenía que abrir las piernas, poner mi mano y esperar. Unos 20 minutos, hasta que el ombligo se vacía. Entonces lo cortas y haces el nudo”, cuenta en una cafetería de Bogotá una desplazada que tuvo a sus hijas sola, en el baño de su casa, lejos de todo, en alguna de las veredas de Pueblo Rico hace tres lustros. Ni siquiera las parteras alcanzan a llegar a todos los nacimientos. El centro de salud más cercano puede estar a algunos días de viaje, un camino que comienza a pie o sobre el lomo de algún animal en la selva, donde viven en tierras comunitarias, y sigue por carretera. Ella hace oidos sordos cuando se le habla de la “curación”. Así se refieren a la mutilación.
El libro Embera Wera, que recoge las experiencias de cuatro años de proyectos para fomentar la emancipación de las mujeres de esta comunidad entre 2007 y 2011, explica que las embera tienen una relación muy fuerte con su cuerpo y el de sus bebés. Los recién nacidos son examinados minuciosamente para alertar de cualquier malformación. Las parteras prestan especial atención al clítoris de las niñas: “si sobresalía de los labios mayores, era cortado por la partera porque así se garantizaba una madurez normal”, explica el libro, basado en declaraciones de las mujeres involucradas. En cuanto a las herramientas, citan tijeras, cuchillas de afeitar... algo capaz de dejar un corte limpio que se sana, si cicatriza, con una combinación secreta de hierbas.

Entre la historia y el mito

El origen de la ablación en Colombia oscila entre la historia y el mito. La duda de que sea una costumbre ancestral perdura, pero la mayoría de las versiones dicen que fue algo que vino, antes o después, durante la colonización. Víctor Zuluaga es historiador retirado de la Universidad Tecnológica de Pereira y ha trabajado en las comunidades embera-chamí de Risaralda desde los años 70. Desde entonces, recoge relatos e historias sobre sus orígenes y sus tradiciones. Cuenta que en el siglo XVII, cuando los colonos ya habían tomado el control de la mayoría de pueblos indígenas, los chamí se mantuvieron indomables. Eran un pueblo casi nómada que vivía más de la caza y de la pesca que de la agricultura o la minería. La salida que encontraron para ellos fue, pues, el camino: los usaron para trasladar carga entre la costa y las montañas. Su trayecto pasaba por Tadó, un pueblecito riquísimo en oro actualmente en el departamento del Chocó, donde trabajaban cientos de esclavos africanos. Cuando coincidían los domingos, a veces también en sábado, los indígenas y los esclavos tenían “un pequeño espacio de libertad” donde compartir costumbres y rituales.
Grupo de mujeres embera al lado de una de sus casas / F. Cabarcas (UNFPA)
Esos esclavos, que venían de Malí y también estaban acostumbrados a que los hombres pasaran mucho tiempo fuera de casa, les enseñaron a los embera, que llegaban a pasar dos otres semanas dando caza a un animal perdidos en la selva, a controlar la libido de sus esposas. “La 'curación' tiene el sentido de poner a la mujer en una posición tal que no pueda cometer infracciones como las contorsiones o la infidelidad. Ellos hablan mucho en el término brinconas. Es curarlas de ese mal. El clítoris es ahí el centro: algunas sectas cristianas lo llaman el timbre del infierno”, explica Zuluaga.
La primera vez que oyó hablar de la ablación fue en los años setenta, cuando una partera le dijo que dos o tres meses después de que naciera la niña le quitaban “la cosita”. “Se coge una puntilla, se pone en las brasas y cuando está roja, lo colocamos y lo quemamos”. El profesor refleja la cara de pasmo que se le quedó en el momento de esa conversación. “Lo oí como testimonio de una persona que lo practicaba y no dimensioné ni creí que pudiera ser una costumbre viva. Creí que era algo que pasaba en el pasado”.

Erradicación con empoderamiento

Alberto Wazorna es embera-chamí y era consejero mayor de los indígenas de Risaralda en 2007. Fue uno de los abanderados en la transformación cultural que ha experimentado la comunidad en los últimos ocho años. Se siente un privilegiado por haber podido presenciar el desvelo. “Fue precioso ese proceso en el cual la mujer se daba cuenta que una práctica que ella consideraba cultural estaba haciendo daño a las niñas de la comunidad. Aprendimos que la tradición debe generar vida y no dolor y muerte”, cuenta sentado en una silla de biblioteca infantil de Mistrató, otro de los municipios de Risaralda donde ha habido muertas por mutilación en los últimos años, durante un taller en el que los jóvenes embera se forman para ser los líderes del futuro en sus comunidades.

Conversaciones sobre la ablación

Mujeres embera con sus bebés.
Mujeres embera con sus bebés. / F. Cabarcas (UNFPA)
La habitación del hostal es pequeña y oscura y las esquinas no forman ángulos rectos. Esto, junto con las dos camas que no dejan espacio para pasar, da una sensación de desorden, pero las almohadas de flores, por viejas que sean, dan cierta calidez a la estancia que ocupan mientras están en Mistrató, la capital del municipio colombano donde se encuentran sus comunidades remotas, durante los días que dura la escuela de formación indígena. Las mujeres hablan de ellas, de sus cuerpos y de la mutilación abiertamente, entre risas.
LEE AQUÍ EL REPORTAJE COMPLETO
Wazorna insiste en que los primeros sorprendidos fueron ellos, los hombres: “Nosotros no sabíamos nada”, repite el ahora consejero de la Organización Nacional de Indígenas de Colombia (ONIC), “en términos de comunidad nos trajo un conflicto muy complicado. Nos tocó afrontarlo”. Desde que se destapó una comisión de organismos estatales (encabezados por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF) e internacionales (quien asumió el papel fue el Fondo de Población de Naciones Unidas de Colombia, UNFPA) se echó a la tarea de la concienciación y la transformación cultural. Fueron barriendo la selva para llegar a todas las veredas de todas las laderas de esa zona andina, especialmente en los municipios de Pueblo Rico y Mistrató (Risaralda), donde se han registrado más casos de ablación. Organizaron talleres y charlas con las mujeres, especialmente las parteras, para trasladarles la preocupación. Hoy, el ICBF dice tener unas 30 parteras de su lado, comprometidas a no continuar con la práctica y a difundir los esfuerzos por abolirla. La ONIC calcula que se han reducido en un 80% el número de casos, pero no hay manera de demostrar estas cifras, puesto que ni antes ni ahora existen registros de la ablación. Todos saben que una cultura de siglos no cambiará sinó en generaciones.
El trabajo, que busca concienciar más que punir, pasa porque las mujeres tengan un papel más importante en sus comunidades. Que formen parte de los entes de gobierno. Que den su palabra. Las leyes colombianas no contemplan la prohibición. Solo a nivel comunitario existe una pena de 24 horas de cepo y tres años de trabajos forzadas para las mujeres que se descubra que han participado en una ablación. Delfín Arce, consejero mayor de los indígenas de Risaralda, afirma que en los últimos años unas 300 mujeres han pagado su pena en ese departamento, algo que tanto el ICBF como el UNFPA como la propia ONIC consideran no solo contraproducente, sino injusto para ellas: víctimas no solo de la mutilación y sus consecuencias y de la discriminación social dentro de las comunidades, sino también del estigma de perpetuar una tradición violenta y peligrosa.
Los representantes de las instituciones en el diálogo por la supresión colocan en octubre de 2012 el hecho más importante en el camino por la erradicación que, asumen, tardará décadas en llegar a su objetivo. En una cumbre de autoridades del Estado, indígenas y no indígenas, se prohibió por primera vez de manera oficial la mutilación genital femenina. “La cultura debe generar vida, no muerte”, fue la conclusión que sacaron del encuentro. Llevaban cinco años intentando impulsar el cambio, pero antes tenían y tienen que suprimir la desigualdad.

Preocupaciones de la mujer emberá

Una mujer carga a su bebé en una vereda en Colombia.
Una mujer carga a su bebé en una vereda en Colombia. / F. Cabarcas (UNFPA)
  • “Las mujeres muchas veces mueren de parto y algunas niñas a causa de la curación”.
  • “Si la mujer no puede tener hijos o se manda arreglar para no tener hijos el hombre le pega porque cree que lo va a engañar”.
  • “En Pueblo Rico y Mistrató están dando las niñas a los 10 o 12 años para matrimonio siendo que aún está como niña y eso es como violación”.
  • “A las mujeres nos pegan con machetes, con palos y los hombres amenazan que si las denuncian, las van a acabar, por eso no han podido dejar castigar a sus esposos porque las dejan o las matan”.
  • “Si una compañera queda viuda, se le daña la mentalidad y se va para Bogotá a mendigar diciendo que son desplazados”.
  • “Si la planificación avanza la comunidad no va a resultar a futuro (...) Las mujeres están colocando dispositivos con eso está produciendo cáncer en la matriz, las pastillas están generando problemas, dificultades en la salud. No es permitido seguir planificando con los métodos occidentales, sí hacerlo con los tradicionales para cuando quiera tener más hijos que el otro esté mayorcito. Ahora el marido impone cuántos hijos van a tener”.
  • “Se presenta maltrato físico, maltrato verbal y abuso sexual entre las parejas y al interior de la familia; que algunos hombres no respetan a las mujeres y que la embriaguez frecuente de muchos de ellos hace más grave la situación”.
  • “En los casos de maltrato las mujeres nos quejamos con el gobiernador o la autoridad y ellos castigan a los dos esposos sin tener en cuenta que las mujeres no tienen culpa y en caso de borrachera con amenazas a las muejeres no se aplica la sanción”.
Las citas reflejan las inquietudes de un grupo de mujeres que se reunieron en 2009 con las autoridades indígenas de Risaralda con el objetivo de marcar las líneas de trabajo para empoderarlas y asegurar sus derechos. En esa reunión, celebrada en el marco del proyecto Embera Wera iniciado en 2007 por el CRIR, la ONIC y UNFPA para emancipar a las mujeres de esta comunidad, ya se prohibió a nivel regional la mutilación genital femenina.

domingo, 19 de julio de 2015

Tony Judt

La fina capa de la civilización reposa sobre lo que bien podría ser una fe ilusoria en nuestra humanidad común. Pero ilusoria o no, haríamos bien en aferrarnos a ella. Ciertamente, es esa fe –y las restricciones que impone a la conducta humana- la que debe anteponerse en tiempos de guerra o de malestar social.”

Las esculturas de vegetación que dan vida en el cementerio de Tulcán

 
Cementerio

José María  Azael Franco Guerrero es el creador de estas esculturas del cementerio que lleva su nombre en Tulcán, Ecuador. Se trata de réplicas vegetales de figuras precolombinas, agustinas y árabes, realizadas sobre los cipreses que habitan el cementerio. 
Franco Guerrero murió a los 85 años, pero su hijo Benigno continúa con su labor. Encaramado en una escalera, con tijeras en mano, Benigno Franco poda los muros del camposanto, y cuida con mimo la obra de su padre, pendiente de que las esculturas mantengan su forma original. En 1984 se lo nombró Patrimonio Cultural del Estado y sitio natural de interés turístico.

La maquina de matar : Jemeres Rojos ( Dios es bueno ? )


sábado, 18 de julio de 2015

Viajes enloquecidos ( William Burroghs mato a su esposa disparando como Guillermo Tell )

Viajes enloquecidos


Burroughs y Vollmer se habían conocido en Nueva York en plena efervescencia beat. Él, homosexual y heroinómano; ella, psicótica y enganchada a las anfetaminas. La enloquecida pareja, íntima de Jack Kerouac y Allen Ginsberg, había saltado de una ciudad a otra huyendo de los cargos por consumo y posesión de drogas contra él, hasta que en otoño de 1949 recalaron en la Ciudad de México.
A su nuevo destino les acompañaron dos niños: Julie, hija de una anterior relación de Volmer, y Billy, el hijo de ambos, nacido en 1947. Pese a esta compañía familiar, la capital mexicana apareció ante los ojos del prófugo como un continente libre, cargado de heroína barata y “fabulosos burdeles”. “Era una ciudad de un millón de habitantes con aire claro y brillante, y un cielo de ese tono especial de azul que tan bien combina con los buitres, la sangre y la arena: el puro, amenazador y despiadado azul mexicano”, escribió.
Bajo esa luz extraña, Burroughs dio rienda suelta a sus pulsiones heroinómanas y combinó el inicio de su novela Yonqui con sus escarceos homosexuales y sus viajes alucinógenos a Centroamérica. Vollmer, cada día más inestable, se fue desintegrando en alcohol. El propio Ginsberg, de visita en 1951, se alarmó ante su degradación.
Esta relación crepuscular no aparece en los documentos judiciales. Por el contrario, los testimonios presentados por la defensa con el ánimo de rebajar la acusación dibujan al escritor y su compañera como una pareja bien avenida y preocupada por sus hijos. “Por el trato que se daban entre sí y por las atenciones a sus hijos, la testigo cree que los esposos Burroughs eran felices”, indica el sumario.
Esta edulcoración y el dinero pagado por la familia surtieron efecto. En 1953, dos años después de quedar libre bajo fianza, el proceso se cerró con una condena en suspenso de dos años por homicidio. Para entonces, el escritor había dejado México y Joan Vollmer había sido enterrada en la ciudad que la vio morir. Queer, la novela nacida de aquella tragedia, no vería la luz hasta 1985. Pero Burroughs, maldito y abismal, jamás dejaría ya de escribir. Para él no hubo salida. La bala del calibre 38 también había quedado alojada en su cabeza.

Cerezos en flor ( película alemana Doris Dorrie )

El sakura, la floración de los cerezos en Japón, marca el fin del invierno y el comienzo de la primavera. Su estallido blanco y rosa dura apenas dos semanas y, además de un espectáculo natural, para los japoneses es una metáfora de lo transitorio. Cerezos en flor, la última película de la directora alemana Doris Dörrie (Hannover, 1955), estrenada el pasado viernes en España, recoge esta imagen para desarrollar un mensaje vitalista sobre la fugacidad de la vida. "Cuando te enfrentas con la muerte directamente disfrutas más de estar vivo". Después de tres películas filmadas parcialmente en Japón entiende el idioma y sobre todo la idiosincrasia japonesa, que le fascina desde hace 20 años.
Cerezos en flor, según su autora, es un "memento mori", un recordatorio de nuestra fragilidad. Rudi pierde repentinamente a su mujer, Trudi. Sus hijos, ya adultos, están absorbidos por sus vidas y apenas se comunican con su padre. Rudi va a Japón a pasar una temporada con uno de ellos, realizando el viaje que Trudi hubiera querido hacer. Dörrie defiende: "Hay mucha relación entre el carácter alemán y el japonés. En ambas culturas existe una extraña tensión entre la apariencia de frialdad y corrección y una irracionalidad contenida que puede despertar en cualquier momento". En la película también ha querido reflejar lo que en su opinión es una actitud muy japonesa: la observación del otro, a través del personaje de Yu, una joven que parece ser la única que comprende la angustia del protagonista. Ella baila un tipo poco conocido de danza, el butoh. "El butoh surgió en los años sesenta como una mezcla de la cultura hippie japonesa y la danza expresionista alemana. Tiene puntos en común con el flamenco por su carácter expresivo y espontáneo".

Hooper

jueves, 16 de julio de 2015

El humanismo viajero de Terziano Terzani

Iván Marcos Peláez         



En la primavera de 1976 un adivino de Hong Kong le dijo a Tiziano Terzani que durante los doce meses del año 1993 no debería viajar en  avión, su vida estaría en peligro si decidía usar este medio de transporte. Como si de un suspiro se tratara
pasaron los  dieciséis años que separan las dos fechas  y Tiziano nunca olvidó aquella charla… .De repente y sin darse cuenta  el corresponsal italiano  se encontraba a  31 de Diciembre de 1992 . Esa especial nochevieja  estaba como un humilde viajero ermitaño en la selva de Laos, hora tras hora esperando la entrada del señalado 1993. 
Su cabeza  daba vueltas  alrededor de aquella conversación con el adivino, pero su corazón ya había tomado la decisión correcta…, no viajaría en avión durante 1993. Llevado por su espíritu nómada y aventurero el genial reportero italiano  empezó  a pensar como encarar ese año teniendo en cuenta  aquella vieja charla y la profecia. En sus propias manos estaba el rumbo que debía tener aquel año 1993. Podía tomarse la profecía como algo propio de un simple charlatán , pero podía  dejarse llevar y aceptar el reto para plantearse un año marcado por una forma de viajar sosegada, romántica y tranquila.
Lo que para muchos sería una mera tontería se convertía en la excusa perfecta para volver a una forma de viajar pausada y  donde uno pudiera apreciar  las distancias al ser recorridas por tierra o mar. Una forma de viajar que da la espalda a los fríos e impersonales aeropuertos, una forma de viajar donde se abrazaría con el corazón a las nobles estaciones de tren o autobús  llenas de vida  y donde se llegaría a  los pocos puertos de mar que todavía transportaban pasajeros.
Era una vuelta a los medios de transporte públicos  tradicionales :  destartalados buses, vetustos trenes y  barcos con varias décadas de servicio , esos serían los medios con los que  debería desplazarse durante todo un año. La idea reconfortaba  sobremanera a un  Terzani que veía un año especial por delante.  Su corazón le latía con fuerza al saber que no se equivocaba pues  su interior se lo  pedía quizá desde  hace  muchos años . Necesitaba unas nuevas dosis de retos, aventuras y el reencontrarse con una forma de viajar mágica y pausada que tanto le llenaba.
Las  páginas imperecederas y maravillosas  de la vida de Terzani nos llevan a recorrer  y entender el continente asiático que tanto fascinaba al viajero italiano. Podemos conocer la realidades sociales, económicas y políticas de países como Tailandia, Birmania, Laos, China, Malasia, Indonesia, Singapur, Vietnam, Mongolia, India o  Camboya.
Ayer por fin he visto la película  “El fin es mi principio”, se trata de una obra basada en el libro del mismo título. Las obras hacen referencia a uno de los grandes reporteros de las pasadas décadas: Tiziano Terzani. Para  la mayor parte del público Terzani puede ser un autor completamente desconocido, pero para otros es un referente como viajero ,reportero y persona Al igual que otros grandes reporteros, su trascendencia no suele llegar a las masas ni a las listas de éxitos de la decena de libros más vendidos.
Tiziano Terzani forma parte del olimpo especial para mucha gente entre los que me encuentro. Terzani es como otros viajeros humanistas el estilo de persona que creo nos hace mejores seres humanos, gente  sencilla y humilde como Manuel Leguineche y Ryszard Kapuscinski. Gente que en cierta forma nos marca una referencia moral y ética de un humanismo cada vez más necesario. La bondad de los extraños puede ser una buena definición para catalogar  a unos autores que llevo dentro como si fueran parte de la familia o la cuadrilla de amigos de siempre.
En estos tiempos convulsos es cuando miro a gente como Tiziano Terzani, pienso en que su  mensaje y legado se extiende con unas formas humanas, sencillas , consmopolitas y llenas de  humildad. Resulta imposible negar que me he emocionado viendo la película, aunque  como suele ocurrir casi siempre que se adapta un libro  no puede compararse con la calidad del mismo.
Terzani como tantos grandes hombres vino de una familia humilde que fue haciéndose camino en la vida a base de libros y a estudiar . Un italiano venido de la Toscana en el que se muestra un legado mediterráneo cosmopolita, sabio  y noble que viene de hace siglos. Su pasión por Asia vino desde joven y en su subconsciente estaba desde siempre la idea de ir a China. Como otros apasionados, su esfuerzo y coraje le llevo a conseguir su sueño. Antiguo ejecutivo de Olivetti , Tiziano abandonaba la seguridad económica del mundo empresarial para embarcarse en un incierto futuro como periodista.
Asia fue su lugar, el  elegante porte de fiorentino siempre le acompañó, pero sus raíces se extendieron por el mundo del lejano oriente. Su vida resulta  una aventura que nos recuerda a los libros clásicos de los genios Verne , Stevenson, Salgari o Conrad.
El mundo por montera y el viaje como catalizador de un aprendizaje basado en experiencias, diversidad, culturas, gentes y muchos  libros. Mientras los hijos de los extranjeros vivían como expatriados, Terzani llevaba a sus hijos a las escuelas populares chinas para que vivieran (y sufrieran) la realidad de la gente. Mientras otros periodistas iban a entrevistar a altos cargos, el bueno de Terzani iba en busca de las gentes corrientes para tratar de entender la realidad del pueblo corriente en la calle. Mientras unos viajaban en avión, Terzani optaba por no viajar por aire durante todo un año, y todo por  una  simple profecia que un adivino le decía.
Asia y la URSS siempre han sido dos espacios que atrajeron a Terzani , y al igual que yo lo  siento, el viaje se convertía en la verdadera escuela de la vida. Singapur le parecía un lugar que se asemejaba a un centro comercial, así que Terzani afirmaba que detestaba la aparente perfección artificial, él se consideraba un enamorado del caos, del mundo  sencillo y humilde con sus gentes. Bangkok, Pekín, Delhi o Tokyo fueron algunas de las ciudades en las que vivió, fueron su base de operaciones para su actividad como reportero del Der Spiegel alemán.
Guerras, revoluciones, genocidios, cambios  y un sin fin de situaciones sociales son las que el gran Tiziano pudo vivir durante unas décadas que cambiaron el mundo. Y así fue como el gran caballero de la Toscana sería recordado, como un eterno viajero al que le  maravillaba el mundo y sus gentes.
En estos tiempos actuales de corrupción extrema y donde parece que todo vale es cuando la figura de Tiziano Terzani adquiere su verdadera dimensión. Su legado es el de un hombre honrado, sencillo y humanista que nos lleva a entender no solamente Asia, sino también parte del camino de la vida y de la propia existencia.
Un viajero que siempre me acompaña y al que admiro profundamente. Gracias querido Tiziano, a algunas personas todavía se les puede llamar Maestro y  eres sin duda  uno de ellos…
Hoy la cita es : ”Vive una vida en la que te reconozcas” Tiziano Terzani

Ubuntu : Nelson Mandela


Hitchens : Dios no es bueno

Según Christopher Hitchens, la religión, cualquiera, no sólo es amoral, sino positivamente inmoral. Y esto no debe buscarse sólo en el comportamiento de sus fieles sino también en los preceptos que podemos leer en sus manuales de comportamiento. Sus delitos son, fundamentalmente: presentar una imagen falsa del mundo para los ingenuos y los crédulos, la doctrina del sacrificio de sangre, la doctrina de la expiación, la doctrina de la recompensa y/o el castigo eternos y la imposición de tareas y normas imposibles.
Me centraré en el último punto para esta reseña. Una de las normas imposibles son las relativas al pecado de la carne. No sólo se prohíbe el sexo, sino que se prohíbe incluso su pensamiento, algo que nadie es capaz de conseguir. O para hacerlo la mayoría del tiempo, uno debe irse convirtiendo en una suerte de reprimido que no encaja de manera sana sus disposiciones naturales

viernes, 10 de julio de 2015

Fue mi primer amor verdadero : Muere el actor Omar Sharif, el icónico Doctor Zhivago

 

Omar Sharif
Su rol de Doctor Zhivago le valió un Globo de Oro.
El actor Omar Sharif, conocido por sus clásicos Lawrence de Arabia y Doctor Zhivago, murió el viernes a la edad de 83 años.
Steve Kenis, agente del actor, confirmó: "Sufrió un ataque al corazón esta tarde en un hospital de El Cairo".
Nacido en Egipto, el actor ganó dos Globos de Oro y estuvo nominado a un Oscar por su papel de Sherif Ali en la épica Lawrence de Arabia, de David Lean.
Tres años después protagonizó su película más más conocida: Doctor Zhivago.

Entre Rusia y el desierto

Nacido como Michel Shalhoub en Alejandría, en abril de 1932, Sharif trabajó en el negocio familiar, pero luego viajó a Londres a estudiar actuación en la Royal Academy of Dramatic Art (Rada).
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El actor también fue parte de Lawrence de Arabia.
Su debut en la pantalla grande fue en 1954, en Devil of the Sahara y rápidamente se convirtió en una estrella de su país.
Pero su salto a la fama vino cuando David Lean lo fichó para Lawrence of Arabia, donde realizó la legendaria toma de Sharif arriba de un camello.
Peter O'Toole, quien interpretó a Lawrence, decía que el nombre de Sharif era ridículo e insistía en llamarlo Fred. Pronto se convirtieron en grandes amigos.
Y fue Lean quien volvió a poner a Sharif en el centro de la atención al ofrecerle el rol protagónico de su siguiente aventura épica: Doctor Zhivago.
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Este año su agente comunicó que tenía Alzheimer.
Para personificar al médico atrapado en medio de la revolución rusa, Sharif se sometió diariamente a una rutina que incluía alisado de pelo y depilación para disimular su apariencia egipcia.
Según el propio Sharif, la película lo dejó al borde de un ataque de nervios.
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El actor murió a los 83 años.
Fue pareja en la pantalla de Barbra Streisand en la película Funny Girl y amante de Julie Andrews en el thriller The Tamarind Seed.
También interpretó a una serie de figuras de la vida real, como Genghis Khan y el revolucionario latinoamericano Che Guevara.

Alzheimer

Este año su agente confirmó que se le había diagnosticado Alzheimer.
El actor filmó cerca de un centenar de películas durante su prolífica carrera cinematográfica.

jueves, 9 de julio de 2015

Los cronopios cartoneros de Buenos Aires



En mi anterior post os preguntaba qué mitos tenéis cuando pensáis en Buenos Aires.Probablemente lo primero que se os viene a la cabeza son nombres como Gardel, Maradona, Evita…y sí, en cualquier esquina de la ciudad del tango puedes encontrarte con los rostros de estos tres “héroes“ bonaerenses.
Y también con uno de mis mitos: Mafalda. Fui en busca de su casa, también del colmado de Manolito, de las calles donde juega con sus amigos, donde sueña con un mundo mejor… pero con los pies en el realista suelo de la inmensa avenida de Mayo, en las calles oscuras que recorren lo que bien podrían ser personajes de Quino. Los cartoneros. La primera vez que los vi, creí que eran cronopios o famas. Bien podrían serlo. Sobre todo desde que tienen el apoyo de artistas que, como ellos, se buscan la vida como pueden.
Llevada por las prisas, la primera noche dormí en el ruidoso centro, alejada de esos barrios tan de moda como San Telmo, Palermo… pero lo que creí un error no fue tal, dado que me ofreció la posibilidad de conocer una ciudad oculta a la luz del día y a la “iluminada artificialmente“ para los turistas: la noche de los cartoneros.
Paseando por cualquier barrio céntrico, encontrábamos a los recolectores urbanos revolviendo en busca de lo que les pudiera dar para comer algo. Surgieron como otros millones, que llenaron las calles de Argentina con sus colchones y pobres enseres, expulsados de la “sociedad del bienestar“ cuando la gran crisis (os suena de algo?); trabajadores nocturnos que se buscaban la vida en las basuras. Muchos se sentían despojos entre despojos. Pero no se dejaron vencer. Los cartoneros confían en sí mismos, en su fuerza y en su ilusión por un futuro mejor, por una vida digna.
Gracias a un encuentro tan casual como el mío, conocieron a dos artistas, también en el paro producto de la crisis. Javier Barilaro y Washington Cucurto. Ilustraban poemas sobre cartulina, pero tuvieron que interrumpir su trabajo cuando la catástrofe económica en Argentina elevó el precio del papel a la estratosfera.

Unos “despojados“ se encontraron con otros y así surgió Eloísa Cartonera, una cooperativa artística y social que da trabajo a los cartoneros que cada noche comienzan su “horario laboral” con un par de guantes, una pechera, un carro con ruedas y un carnet que les dió una ley que los considera trabajadores. El gobierno les paga 200 pesos. Con esto no da para mucho en Buenos Aires. El gobierno prometió no solo aumentar el sueldo, sino mejorar sus condiciones de trabajo con la creación de centros verdes, donde podrían separar sin riesgo los cartones del cristal y demás basuras. Esto está en veremos.
Barilaro y Cucurto fundaron Eloísa Cartonera, una editorial que aúna a artistas y cartoneros, que conocen los libros que publican con su cartón. Los leen y los venden. En La Boca, por ejemplo. El barrio de las mil caras… una muy turística… a las otras no te permite pasar la prudencia. Pero son, probablemente, las más bulliciosas… porque las ideas pueblan cada esquina. No hay nada como tener que sobrevivir para descubrir hasta donde somos capaces de llegar con nuestra creatividad y solidaridad.
La editorial tiene su sede en el taller “No hay cuchillos sin Rosas”. Escritores, dibujantes, cartoneros… tejen allí lo que ha sido considerado despojos por otros y editan libros con tapas de cartón comprado a recolectores en la vía pública, pintados a mano por chicos que dejan de ser cartoneros cuando trabajan en el proyecto. Se publica material inédito, border y de vanguardia, de Argentina, Chile, México, Costa Rica, Uruguay, Brasil, Perú: es premisa editorial difundir a autores latinoamericanos.
Seguro que Mafalda se haría pronto un sitio entre estos bonaerenses, todos ellos artistas, llenos de entusiasmo, de confianza. Con voz para protestar y manos para trabajar y salir adelante. Dueños de su presente. Dueños de su futuro.

Si queréis, podéis poner el link en Eloísa Cartonera:
http://www.eloisacartonera.com.ar/home.html
Carmen Polo

Agustina la Bella


lunes, 6 de julio de 2015

El huevo de la serpiente (Alemania Occidental 1977) Película Completa

 
 
 
 
Cualquiera puede ver el futuro, es como un huevo de serpiente.
 A través de la fina membrana se puede distinguir un reptil ya formado".
                                                                             ( Dr. Vergerus)





“El huevo de la serpiente” es una metáfora popularizada por una película de los años 70 sobre el  proceso que condujo a la destrucción de la democracia alemana y su paulatina sustitución por un régimen totalitario a partir  de 1920. Se  refiere a que cuando está en la etapa de gestación, la serpiente puede ser vista a través de la cáscara transparente del huevo. Y lo que se ve es un bichito insignificante y hasta simpático, que puede incluso inspirar compasión. Por eso, nadie se atreve a destruirlo impidiendo su nacimiento. Pero cuando sale del huevo y comienza a actuar, el proceso no para hasta que la destrucción es total. Y cuando por fin alguien quiere hacer algo al respecto, es demasiado tarde. 

         La historia nos demuestra que cuando las democracias comienzan a debilitarse, cuando las instituciones que la sostienen se desmoronan ante la mirada indiferente de la sociedad que se siente ajena al proceso, y se pierde la capacidad de distinguir entre lo grave y lo superficial, lo verdadero de lo falso, hay un solo resultado previsible: el triunfo de quienes aspiran al poder total , ya que quienes podían cambiar las cosas,  actuaron de forma tan débil que dejaron socavar los cimientos de los más sagrado para las personas.

dibujo

Leonard Cohen - Nevermind ( True Detective Season 2 Intro Song)


domingo, 5 de julio de 2015

Verdades y mentiras de los sanfermines

San Fermín »

 

Fiesta, tradición, 'marketing’, mito, realidad... una de las mayores fiestas populares del mundo arranca hoy en Pamplona


Escenas tremendas de emoción y violencia como esta volverán a reproducirse desde mañana en los encierros de Pamplona. / Josu Santesteban (AP)
No te creas lo que cuentan. La mayor parte no es verdad. Trucos publicitarios, leyendas, tradiciones con aparente pátina de antigüedad para captar turistas y quedarnos su dinero. A falta de sol y playa algo teníamos que inventar para traer gente a Pamplona. Para empezar, nos inventamos a San Fermín. No hay certeza histórica sobre su existencia. Hasta el siglo XII aquí no lo conocía nadie, pero nos agarramos al clavo ardiente de que en Amiens, donde le veneran como obispo y mártir, dicen que procedía de Pamplona. La Iglesia marca su fiesta el 25 de septiembre, fecha de su martirio en el siglo III, pero desde 1591 la celebramos el 7 de julio por aprovechar el breve verano pamplonés y el hecho de que, desde la Edad Media por esas fechas, hay ferias y toros.
Los vientos del progreso conspiran contra la tauromaquia, “fiesta de sangre para un pueblo rudo y fanático”, escribió Pío Baroja, que vivió parte de su infancia entre nosotros, pero aquí por interés espurio casi nadie la cuestiona. Ni siquiera los abertzales, que acaban de aupar a uno de los suyos a la alcaldía y que presidirá la corrida de mañana, día del patrón.
Toros y toreros propios siempre hemos tenido pocos, pero los traemos de fuera, de Andalucía, Salamanca o Madrid, y los hacemos actuar para los visitantes mientras nosotros merendamos. Hace más de un siglo que no se conducen los toros a pie, se embarcan en tren o camión, pero aquí seguimos empeñados en poner un callejón a las plazas de toros para que entren corriendo. No por tradición, correr ante los toros nunca ha sido una prueba iniciática para los jóvenes navarros como ingenuamente se supone: corren muchos más forasteros que indígenas, pero de qué íbamos a salir por televisión en todo el mundo si no existieran los encierros...
Corredores en Pamplona. / Daniel Ochoa de Olza (AP)
Desconfía de nuestra aparente hospitalidad. Los pamploneses somos más bien serios, en el buen y mal sentido de la palabra, nobles pero hoscos montañeses que no congeniamos tan fácil con extraños. Cada 6 de julio, con el Chupinazo, nos transformamos. Acogemos a gente de todo el mundo que se siente como en casa, mostramos una simpatía desbordante, nos fingimos cosmopolitas aunque sigamos levantando piedras, sellamos amistades eternas sobre la barra de un bar o en torno a un gorrín asado. Puro marketing. El 15 de julio volvemos a nuestro ser.
No pretendas seguir la mítica ruta —falsa como Judas— de Hemingway. Solo vino nueve veces, en vida nunca se le hizo mucho caso y únicamente lo adoptamos cuando vimos negocio. En Casa Marceliano ahora hay oficinas municipales, cerradas durante las fiestas, y su célebre ajoarriero quedó extinguido. El restaurante Las Pocholas devino en chocolatería. El hotel Quintana fue cerrado y confiscado en 1936 (no, Hemingway nunca pasó los sanfermines en ese otro hotel que dicen las guías turísticas, donde se conserva su habitación supuestamente igual que cuando el premio Nobel NO se alojaba en ella). La barra del café Iruña donde el escritor está acodado en efigie de bronce ni siquiera existía en su época. Y no te tragues lo de Ava Gardner, nunca estuvo en Pamplona. La película Fiesta se rodó en México por ahorrar, no fue prohibida por el franquismo. Todas esas glamurosas leyendas las hemos creado —con mucho éxito comercial— para que vengan los guiris. O las inventan los propios guiris. James Michener, en su novela Hijos de Torremolinos, sitúa a los protagonistas al inicio de las fiestas de 1969 cumpliendo con “el entrañable ritual de los últimos años”, anudar un pañuelo al cuello de la estatua de Hemingway. El monumento se había inaugurado en... 1968.
No te vistas de blanco y te pongas pañuelo rojo pensando que es nuestra vestimenta tradicional, herencia de remotos ancestros. Nos disfrazamos así multitudinariamente solo desde hace unos 40 años, desde que llegó el turismo de masas, igual que en ¡Bienvenido, Mister Marshall! se vestían de flamencos. La ropa blanca la compramos en hipermercados y viene de China o Bangladés. Salvo danzaris o txistularis, no calzamos boina (Peter Viertel, guionista de Fiesta, que sí conocía los sanfermines, aconsejó a Henry King sin éxito que los protagonistas no la llevaran).

Planes para todos los gustos

Balcones. Los balcones en las calles del recorrido se pagan a entre 30 y 80 euros por persona, desayuno incluido.
Baile de la Alpargata. Cada mañana en el Nuevo Casino. Rezagados de la noche, familias y hasta ilustres como Dennis Rodman.
Toros. Más de 20.000 personas cada día. Tauromaquia y desenfreno.
Conciertos. Medina Azahara, Celtas Cortos, Alejo Stivel The Wailers, Nancys Rubias, MClan...
No vengas atraído por el mito de que los sanfermines son un desmadre, una orgía, un desenfreno en una Pamplona ciudad sin ley donde todo vale. El caos es de pega y está muy bien organizado. Se acaba de impartir el primer Curso Universitario de Derecho Sanferminero. Los vehículos de limpieza y basuras pasan a sus horas, la grúa se lleva los coches mal aparcados, hay servicios municipales de niños, de objetos perdidos y de desintoxicación etílica. Los actos festivos se inician con puntualidad prusiana (el resto del año practicamos la más relajada puntualidad ibérica). Las dianas matinales no son para despertar a la tropa, sino para reunirla y ordenarla después de toda la noche de marcha.
Allá tú si no haces caso y vienes. Te arriesgas a pasar nueve días y nueve noches de fiesta, a beber y comer mucho más allá de lo que suponías que tu sistema digestivo podía soportar, a cantar canciones que creías que no conocías y a bailar bailes que creías que no sabías bailar, a topar con desconocidos que de pronto son tus mejores amigos, a hablar con ellos en lenguas extrañas que no sabías que hablaras, a encontrarte con legiones de antitaurinos en el tendido de la Plaza de Toros, de ateos en la Procesión de San Fermín y de abstemios bebiendo en todos los bares.
Que no te quepa duda: todo es una farsa que se desvanece, cual calabaza de Cenicienta, con el Pobre de mí en la medianoche del 14 de julio.
Miguel Izu es periodista y escritor navarro. Es autor de la novela El asesinato de Caravinagre, un thriller ambientado en los sanfermines.

Un guateque popular en blanco y rojo

Javier Doria
Ernest Hemingway en Pamplona. / Melba (© Melba)
ORIGEN. El origen está en la celebración religiosa del patrón navarro, pero los pamploneses cambiaron la fecha de la conmemoración religiosa del 10 de octubre original al 7 de julio, coincidiendo con las ferias de ganado que la ciudad acogía con el final de la cosecha. Fue en 1591. Pero las ferias de julio con toros están documentadas desde el siglo XII.
ENCIERROS. El Archivo Real de Navarra documenta en 1385 la primera corrida de toros organizada por el rey Carlos III. Junto a ella, la primera ‘entrada’ de toros, antecedente del actual encierro. Lo creó la necesidad de llevar los toros desde los campos de las afueras a los chiqueros de la plaza. El recorrido actual es el mismo desde 1852.
CELEBRIDADES. ‘Fiesta’ es la novela de Hemingway que puso en la agenda mundial unas fiestas que hasta entonces eran unas más del recatado norte de España a principios del siglo XX. El Nobel fue un asiduo. Siguiendo su senda llegaron después Orson Welles, Arthur Miller y su mujer, Inge Morath, o, en los últimos años, el jugador de la NBA Dennis Rodman.
EL ‘GUIRI’. Estados Unidos, Nueva Zelanda y Australia son los países que más visitantes aportan y los más tempraneros en llegar. Fanáticos de la sangría a temperaturas altas, llegan cada tarde desde cámpings de las afueras a los que vuelven después del encierro. La empresa de diseño Kukusumuxu distingue cada edición a uno de ellos con el premio ‘Guiri del año’.
CHUPINAZO. Hoy la plaza del Ayuntamiento de Pamplona será puro fuego. El Chupinazo nació en la plaza del Castillo y tomó carácter de rito en 1931. El acto pasó al balcón de la casa consistorial de la mano del franquismo. La llegada de la democracia instauró la costumbre de que los grupos municipales se lo turnen de mayor a menor.

Grey gardens : documental

Esta es una historia perfecta para “adentrarnos en el género”, para bucear en los motivos que llevan a alguien a hacer una película. Es una historia de revista, llevada a la gran pantalla en varias ocasiones, una en forma de documental y otra como un reconocido y bien presupuestado telefilm. Ha inspirado no sólo al cine, sino a la moda y al mundo del cabaret.
“Grey Gardens”
Es la historia de Edith Bouvier Beale (Little Edith) y su madre Edith Ewing Bouvier Beale (Big Edith), prima-hermana y tía de la siempre glamourosa Jackie Kennedy.
“Grey Gardens”
Cuando era pequeña, Jackie veraneaba en la casa de Los Hampton de la familia Bouvier junto a su divertida prima, que siempre estaba cantando y bailando, una afición heredada de su madre, que había sido cantante cuando era joven pero cuya carrera terminó con el matrimonio y los tres hijos que tendría, dos varones con los que nunca se terminó de llevar bien, y la carismática Edith.
“Grey Gardens”
Es una historia de “días de vino y rosas” que se termina de pronto. La familia Bouvier, la más “aristocrática” de EE.UU tenía su lado pobre, y eso, junto a las múltiples desgracias de sobra conocidas, los ha convertido en carne de guión.
Empecemos desde el principio.
Edith Ewing Bouvier (conocida como Big Edith) era la hermana menor del padre de Jackie Kennedy. La familia vivía en la más rimbombante opulencia y solían veranear en una exclusiva mansión de Los Hamptons rodeados de fiestas y atenciones.
Eran de la idea de que casarse con un “buen hombre” era lo mejor que le podía pasar a una mujer, pero la pequeña Edith tenía otras aspiraciones y no estaba dispuesta a renunciar a su sueño de ser actriz y cantante, como lo hizo su madre al casarse con su padre.
La suerte financiera de estas mujeres cambió radicalmente cuando el marido se marcha con una mujer más joven. En realidad el matrimonio hacía aguas desde hacía tiempo y Big Edith coqueteaba con su profesor de canto (el cual también la abandonaría).
En el divorcio sólo consiguió quedarse con la casa de veraneo de Los Hampton, llamada Grey Gardens, donde se aferraría hasta su muerte porque era el único techo que les quedaba. También les quedó una escasa asignación con la que no podían llevar el mismo nivel de vida que solían.
“Grey Gardens”
Little Edith se marchó a probar suerte en el mundo del espectáculo, se enamoró de un hombre casado, y durante esta dura etapa (no tenía éxito y termina rompiendo con su amante) sólo consiguió agudizar su alopecia nerviosa, que acabó por dejarla totalmente calva con los años. Su madre, arruinada y sola, le dice que regrese a Grey Gardens. Al volver, se encuentra una casa medio ruinosa y un montón de gatos y suciedad acumulada. Sencillamente se abandonaron, dejaron que todo fuera cada vez más desastroso hasta llegar a una situación crítica.
“Grey Gardens”
Cuando Edith pierde el pelo comienza a adoptar un look muy especial que fue totalmente inspirador para grandes diseñadores como John Galiano, que dedicó toda una colección al estilismo de esta mujer. Una historia que ha inspirado también a Prada, reportajes de moda de revistas como Vogue y Harper’s Bazaar e incluso puestas en escena de Broadway.
“Grey Gardens”
Comenzó a utilizar todo tipo de pañuelos y turbantes, que no eran más que jerseys antiguos de su armario lujoso de antaño dados la vuelta y arreglados.
Entonces comienza la verdadera historia del documental, el día a día de estas señoras rodeadas de basura y llenas de recuerdos. La propiedad estaba totalmente ruinosa y el olor de los desperdicios y los gatos llegaba a todos su vecinos, que las denunciaron ante sanidad. Las autoridades determinaron que, si no limpiaban todo aquello, terminarían por desahuciarlas.
“Grey Gardens”
El caso se conoció cuando un día se presenta un fotógrafo en la propiedad de los Bouvier. Little Edith, en su mundo de ilusión, creía que venían a tomarles fotos a ellas, y posaba alegremente con su abrigo de visón roído, como si fuera una modelo.
“Grey Gardens”
Las fotos se publicaron en el periódico bajo el titular “Alerta Sanitaria” las parientes pobres de Jackie Kennedy, y el morbo fue tal, que la historia se extendió como la pólvora y la señora de Kennedy (convertida en Onassis) se presentó en persona ante sus dos familiares para ofrecerles su ayuda. Donó más de 31 mil dólares de la época para la reconstrucción de la propiedad, lo que las salvó de ser desahuciadas y les dio algo de popularidad. Sin embargo las primas no se llevaban bien, la pariente pobre odiaba a la rica. Edith tuvo un encuentro con Joe, el hermano de John Kennedy y el más “presidenciable” hasta que murió dejando el lugar a su hermano. Ella solía decir que Joe hubiera acabado siendo su marido si no hubiera muerto y que bien podría haber sido la primera dama en lugar de su prima. Los delirios de grandeza llegaban hasta el punto de que la madre solía decir que descendían de los reyes de Francia, lo cual era una mentira que le había contado su abuelo y desde entonces lo contaban como si fuera cierto.
“Grey Gardens”
“Grey Gardens”
Este tirón fue aprovechado por un par de cineastas, los hermanos Albert y David Maysles, que les propusieron en 1975 hacer una película sobre su vida cotidiana en la casona. Un documental sobre su día a día en la que se las veía discutiendo, hablar de recuerdos, vestirse y maquillarse de una forma muy particular, cantar y bailar. Eran el puro reflejo de la decadencia. Madre e hija contaban con 80 y 55 años respectivamente.
“Grey Gardens”
“Grey Gardens”
El estado financiero de Edith, hacía que su ropa, antiguamente cara y sofisticada, quedara anticuada, por lo que decidió reinventar su vestuario. Camisetas como turbantes, manteles amarrados con alfileres, faldas llevadas de manera inversa, chalecos de atrás para delante y trajes de baño combinados con tacones altos, son algunos de sus vanguardistas estilismos. Un armario reinventado con sus prendas de siempre y la ropa vieja heredada de sus familiares, una necesidad obligada por su situación de pobreza y su incapacidad de aceptar su nueva posición social. Treinta años más tarde, se la reconoce un estilo catalogado de ingenioso e inspirador.
“Grey Gardens”
“Grey Gardens”
El documental fue un gran éxito y supuso un soplo de aire fresco y una inyección financiera para las dos mujeres.
“Grey Gardens”
La personalidad de la madre y el sentimiento de amor odio que se tenían, había hecho que la pequeña Edith se viera atrapada en aquel lugar. Cuando su madre murió en 1977, decidió intentar llevar la vida que siempre quiso.
“Grey Gardens”
Comenzó una carrera en el mundo del cabaret, aún contando con 60 años y muy malas críticas. Vivió durante unos años más en Grey Gardens, como era el deseo de su madre, pero terminó por vender la propiedad en 1979 al redactor jefe del Washington Post, el cual le pagó 220.000 dólares y la promesa de restaurar aquella impresionante mansión.
“Grey Gardens”
Se mudó a un pequeño apartamento en Nueva York donde se convirtió también en poetisa. Murió en 2002, a los 84 años, un fan dio la voz de alarma a la policía porque hacía días que no contestaba al teléfono. La encontraron muerta en el suelo, llevaba cinco días fallecida.
“Grey Gardens”
El mítico carácter de estas mujeres, su excéntrica personalidad, su orgullo ante la situación de pobreza en la que vivían, todo queda muy bien plasmado en la película que narra su vida y que protagonizan Jessica Lange (como Big Edith) y Drew Barrymore (como la incombustible Little Edith) en 2009.
“Grey Gardens”
En fin, una historia de las que hacen época, con todos los ingredientes drama-emocional-sociales para hacerla grande e inmortal, como la personalidad de las Bouvier.
“Grey Gardens”