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miércoles, 30 de noviembre de 2016

Quizás porque ( Sui Generis ) mi canción preferida a los 14


La excelencia profesional como objetivo ( El Gerentedemediado blog)

Los  roles que debería  jugar la profesión médica en el futuro:  seguirá siendo esencial desempeñar el papel de “experto”, pero no solo en conocimientos científicos y habilidades técnicas, sino cada vez más en conocimiento sobre personas, a las que poder dar un trato humano y digno, a las que escuchar y transmitir lo que se sabe y piensa. Ese papel de experto es complementario al de “profesional”, capaz de prestar y “demostrar” ante la sociedad que dispone no solo de competencias técnicas, sino también éticas y humanísticas. “A diferencia de un oficiola profesión debe incorporar un conjunto de valores que determinan competencias técnicas y humanísticas, y  que no tienen por qué estar asociadas al concepto de trabajo u ocupación”, escribe Jovell, quien recomienda ir reemplazando el manido término de excelencia clínica por un término mucho más amplio, el de excelencia profesional.
También recomendaba recuperar otro rol imprescindible, el de cuidador, en buena parte resultado de su función de “testigo” del sufrimiento de los demás, como escribía Iona Heath en Love Labour Lost.; alguien con la capacidad de acompañarles en el recorrido por un sistema sanitario extraño y amenazante, pero también por el incierto tránsito de su propia enfermedad. Un papel imprescindible para construir confianza, un término capital en la asistencia sanitaria (y al que el propio Jovell dedicó un libro excelente).

martes, 29 de noviembre de 2016

Louisa Alcott ; inspiradora de mi independencia ( junto con mi madre)



Louisa May Alcott


Louisa May Alcott, la escritora estadounidense autora de la novela Mujercitas, nació tal día como hoy en 1832, hace 184 años. Este es el motivo por el que Google la ha homenajeado con un doodle. Además de dedicar su vida a la escritura, Alcott estuvo comprometida con el movimiento abolicionista y con el sufragismo.
La novelista creció estando en contacto con personalidades como el escritor Ralph Waldo Emerson, Nathaniel Hawthorne y Henry David Thoreau, que siempre le trasladaron un fuerte compromiso con el deber cívico. A lo largo de su vida, Alcott escribió novelas y cuentos. Pero, además, durante la Guerra de Secesión se alistó voluntaria como enfermera. Siempre luchó a favor del sufragio femenino y se convirtió en la primera mujer en registrarse como votante en Concord (Massachusetts)
Mi personaje favorito : 

Josephine (Jo): (También conocida como Joane, Joanne y Giovanna en traducciones italianas) Es la segunda de las mujercitas, una apasionada de la escritura, habilidad que desarrolla a medida que transcurre la historia. Tiene 15 años y es la que tiene un aire más masculino en la historia, aborrece las características femeninas y rehúsa totalmente a adaptarse a los estereotipos de cómo deberían actuar las damas de su época. De carácter fuerte, irónico, sarcástico y mal hablado, tiene uno que otro encontronazo con Amy. Junto a su hermana Beth, ayuda a las personas más desfavorecidas de su comunidad. La relación con Beth es más estrecha que con las otras dos hermanas, Meg y Amy. Jo se corta el cabello, su más preciado bien, para obtener dinero y que su madre así pudiera visitar al padre herido durante la Guerra de Secesión(1861-1865). No acepta casarse con su mejor amigo, Theodore Laurence (Laurie). Finalmente se casa con el Profesor Bhaer de origen alemán y tienen dos hijos: Rob y Teddy

lunes, 28 de noviembre de 2016

Los fuegos

Según Eduardo Galeano, “el mundo visto desde arriba es como un mar de fueguitos. Cada persona brilla con luz propia y no hay dos fuegos iguales. Hay fuegos serenos que ni del viento se enteran, gente de fuego loco que llena el aire de chispitas. Algunos fuegos bobos no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear y quien se acerca se enciende.”

Marioneta en Manhattan


domingo, 27 de noviembre de 2016

A dangerous creature

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Objetivo : la excelencia profesional ( El gerente demediado )

Los  roles que debería  jugar la profesión médica en el futuro:  seguirá siendo esencial desempeñar el papel de “experto”, pero no solo en conocimientos científicos y habilidades técnicas, sino cada vez más en conocimiento sobre personas, a las que poder dar un trato humano y digno, a las que escuchar y transmitir lo que se sabe y piensa. Ese papel de experto es complementario al de “profesional”, capaz de prestar y “demostrar” ante la sociedad que dispone no solo de competencias técnicas, sino también éticas y humanísticas. “A diferencia de un oficiola profesión debe incorporar un conjunto de valores que determinan competencias técnicas y humanísticas, y  que no tienen por qué estar asociadas al concepto de trabajo u ocupación”, escribe Jovell, quien recomienda ir reemplazando el manido término de excelencia clínica por un término mucho más amplio, el de excelencia profesional.
También recomendaba recuperar otro rol imprescindible, el de cuidador, en buena parte resultado de su función de “testigo” del sufrimiento de los demás, como escribía Iona Heath en Love Labour Lost.; alguien con la capacidad de acompañarles en el recorrido por un sistema sanitario extraño y amenazante, pero también por el incierto tránsito de su propia enfermedad. Un papel imprescindible para construir confianza, un término capital en la asistencia sanitaria (y al que el propio Jovell dedicó un libro excelente).

sábado, 26 de noviembre de 2016

Los justos . JL Borges

Un hombre que cultiva un jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en la tierra haya música.
El que descubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
Un tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.

La enseñanza debe respetar el derecho de cada uno a buscar su verdad


Camus agradeció siempre a su maestro que la escuela le enseñara que hay plagas y hay víctimas y que en la medida de lo posible hay que negarse a estar del lado de la plaga .
Se trata de educar a los jóvenes para que tomen sus decisiones y lo hagan sin desembarazarse de la obligación que supone el problema moral .
La educación debería hacernos comprender que leer , dominar la técnica  o sobresalir en el manejo de Internet no nos hace mejores personas ni mejores ciudadanos
Finlandia el país que ofrece la mejor educación del mundo, tiene un alto porcentaje de votantes xenófobos y ultraconservadores
Se puede recibir una educación exquisita y utilizarla para ser intolerante y cruel . Una cosa u otra dependerá de nuestra propia decisión individual
Y todo esto no tiene nada que ver con practicar una religión o no practicarla . Ya vemos las guerras que provocan las religiones y lo que separan , ademas de los fundamentalismos variopintos que nos asolan .

Carta de Steinbeck a su médico de cabecera

¿Qué es lo que quiero de un médico?
Pues más que cualquier otra cosa, probablemente quiero un amigo con conocimientos especiales. Si Ud. nunca hubiera buceado y yo estuviera con usted, mi meta sería instruirlo en las profundidades y en los peligros, de lo agradable y lo maligno. Supongo que significa lo mismo. Estamos hechos de tal forma que, unos destellos nada sutiles puede causar un pánico sin sentido, mientras que una traición secreta puede estar mordisqueándonos, sin darnos cuenta, incluso en el más agradable éxtasis de las profundidades. Hay dos tipos de dolor, o más bien una serie de clases de dolores. Pienso especialmente en el dolor “enseñanza” que nos aconseja a no hacernos daño a nosotros mismos o en el dolor contrario, el dolor explosivo, que nos avisa de una desintegración lenta o rápida. Como no estamos cualificados, no sabemos la diferencia y, según me han dicho, incluso el experto pierde sus conocimientos cuando el problema lo tiene él mismo. Creo que si uno supiera la diferencia entre estos dos dolores, se prepararía de manera diferente.
Luego llega el aviso de la caída del telón. Siendo que el final de la obra es siempre el mismo, creo que pudiendo hacerlo, el protagonista debería tener derecho a decidir cómo quiere que sea su salida de escena, teniendo en cuenta a los que le sobreviven, que sean al fin y al cabo los únicos que importan

viernes, 25 de noviembre de 2016

Por: Juan Forn Wislawa de apellido Szymborska


Estoy
enamorado es poco
de Wislawa
de apellido Szymborska
y primer nombre Mariusha.


Su padre quería un varón
le decía: Nada de berrear
nada de exponer entrañas,
ella escribió mucho después:
Sé componer los rasgos de la cara
para que nadie divise la tristeza
soy quien soy
un caso insólito
podría ser yo pero sin asombro
pero eso significaría
ser alguien totalmente distinto.



Ah, Wislawa, alma vieja
nadie en tu familia murió de amor
y vos en cambio viviste así
amando el color azul y
buscando siempre a aquel de
ojos color cerveza
que lleno de amor te dijo un día:
Mañana y todas las mañanas de mi vida
estaré bajo tu balcón
salvo que llueva,
ah, Wislawa,
Mariusha,
qué ojo tenías
aunque ignoraras de qué iba la obra
y qué papel representabas.



Haga lo que haga, dijiste,
se convertirá para siempre en lo que hice
y nos advertiste:
Aun con toda mi buena fe
sé que contaré cosas que jamás
                                              existieron.



En tu primer viaje al exterior (a Bulgaria)
te alojaron en un hotel lejos de la ciudad
había un enorme globo terráqueo
vos hiciste una isla minúscula
le pusiste el nombre del hotel
y la pegaste en el lugar más vacío del Pacífico,
quien pase alguna vez
por ese rincón de los mares
que nos diga si esa isla aún existe.



Cómo nacieron tus poemas
te preguntaron una vez:
Escribía cuentos cortos
que se volvían más y más cortos
hasta que sólo tenían unas pocas líneas
así nacieron mis poemas, dijiste,
y también:
Prefiero lo ridículo de escribir poemas
a lo ridículo de no escribirlos,
y también:
Prefiero escribir a mano en hojas pequeñas
para asegurar el contacto
entre lo que tengo en la cabeza y la mano,
y también:
Para traducir un poema mío,
primero hay que comprenderlo
y luego basta encontrar algo bonito
pero no demasiado, para que suene natural
mis poemas son como
respiración
reposada.



Y cuando Polonia te quiso abrazar
la sofrenaste con estas palabras:
En este país por tradición
una poeta tiene que ser maldita
infeliz por exceso de espiritualidad
y por causa de sus amantes
que no están a la altura de su talento
perdón perdón por no ser así
aunque mis señas de identidad
sean el
frenesí
y la
desesperación
así en minúscula.



Todas las sillas eran duras en tu casa
para que las visitas no se quedaran demasiado
y lo que más te gustaba de los viajes
era el regreso
y cuando no querías hacer algo decías:
Será un placer aceptar su propuesta
cuando sea más joven,
ah, Wislawa,
Mariusha.



Eras de la opinión que
en nuestra época se hablaba demasiado
así que diste el discurso más corto
de toda la historia del Nobel
que empezaba así:
En un discurso lo más difícil es la primera
frase.
Así que ya la he dejado atrás
y contraviniendo el protocolo
saludaste al público
antes que al rey y a la reina
y después saliste a fumar
y cuando el rey te ofreció
un chicle de nicotina le dijiste:
Dudo que sean tan benéficos como el cigarrillo
para la literatura,
ah, Wislawa,
Mariusha.



Y ustedes,
díganme,
¿ni un poco enamorados de ella
están ustedes también?

Borges : el budismo


Mentalidad de cuartel y sacristía



Franco mató la inteligencia española , el espíritu critico , consiguió dotarnos de una mentalidad de cuartel y sacristía , como denunció Unamuno . De esa mentalidad es muy difícil librarse ...
El canon de la postguerra lo marcó Cela : una vuelta al casticismo más rancio
Es asombroso que los votantes españoles voten siempre a los chulos y a los corruptos . Es parte de la mentalidad del franquismo , porque la gente lo único que quiere es seguridad , una seguridad frágil , falsa .
Es una mentalidad de odio a la inteligencia , el grito más expresivo de la cultura española , sigue siendo el de Millán Astray : Muera la inteligencia !

Del libro ( Contra los franceses , libelo )

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Familiando : desde tatarabuelos a tataranieta

Juan Picco I
Alba Brunetto I
                     Jose Brunetto I   -   Alba Brunetto I

Juan Picco II
Familia Picco
Luisa Picco
Alba II  

Alba II

Alba II


Maria Emilia y Alba ( III ) Gabriela 
Alba ( III ) Gabriela



Alba ( III ) Gabriela
Alba ( III) Gabriela


Maria Emilia II 
Juan ( III ) Ignacio 
Juan ( III ) Ignacio y Alba II 


María ( III ) Paula y Juan ( III ) Ignacio 

María ( III ) Paula 


Juan ( III ) Ignacio 


María ( III ) Paula 

Juan( III ) Ignacio
4
María Paula y Agustina
Agustina
Abu y bisa con Agus 

Agustina 




martes, 22 de noviembre de 2016

Porqué hay que leer : Romeo y Julieta

Hay gente que quiere un romance como el de Romeo y Julieta  , sin saber que fue un romance de 3 días  y seis muertos 



HAY QUE LEER !!!

“ Argentina es un país duro, difícil"





Diccionario insólito argentino, con acento bien francés

PARÍS.– Para Anne Papazoglou, la Argentina fue un sueño de adolescente que, a fuerza de perseverancia, terminó convirtiendo en realidad. Y, como suele suceder con los extranjeros, esa francesa autora de un delicioso “Diccionario insólito” de nuestro país es mucho más generosa y clemente que sus propios habitantes, cuando se trata de evaluarlo. Anne comenzó a fantasear con la Argentina en la escuela. “Como para la mayoría de los franceses, ese nombre evocaba en mi imaginación un país hecho de metal precioso (en francés, argent, significa plata). Entonces decidí aprender el español”, relató en París pocos días después de la publicación de su libro.Con el tiempo –y a fuerza de constancia–, Anne recorrió todas las etapas de la integración. Editora en Francia, en un momento planeó viajar a la Argentina y fundar un café literario, pero los vaivenes de la economía desmoronaron sus planes y la obligaron a buscar otras ideas.”En eso estaba cuando sucedió lo que debía suceder”, confiesa. Hace 19 años, durante unas vacaciones en un pequeño pueblo del interior francés, Anne conoció a quien se convertiría en el hombre de su vida y el padre de sus dos hijos. El lector ya lo adivinó: un argentino.

Esa alianza sentimental la llevó a Buenos Aires durante algunos años y consolidó su afecto por el país.

“Tengo una profunda admiración por ese maravilloso pueblo”, dice. “La Argentina es un país duro, difícil, donde la gente pierde todo de la noche a la mañana, pero es capaz de salir adelante con una infinita imaginación y, sobre todo, con solidaridad”, agrega.

De regreso a París, tal vez como una forma de no alejarse para siempre, Anne Papazoglou se lanzó en la redacción de su Dictionnaire insolite de l'Argentine, publicado el mes pasado por Ediciones Cosmopole.

Conventillo. Escrache. Empleados ñoquis. Hiperinflación. Mate. Nostalgia. Patillas. Perón-Perón. Telo. Trucho. Verlán... Escrito con la precisión de un entomólogo, cada entrada del diccionario de 159 páginas es una pequeña perla de la cultura argentina que deja adivinar el afecto de la autora por el país.

¿Si piensa regresar? “Con toda seguridad. Este libro cumplió su misión: darme unas ganas enormes de volver. Tanto –asegura– que hasta conservé los derechos de traducción para la Argentina. Ese trabajo pienso hacerlo yo.”

lunes, 21 de noviembre de 2016

El pensamiento positivo anula el sentimiento de colectividad

Una de las cosas que usted denuncia del pensamiento positivo es que promueve el individualismo, que liquida la empatía. ¿No es algo contradictorio?
Sí, no hay empatía. Eres solamente tú. Es una de sus trampas: el pensamiento positivo anula el sentimiento de colectividad. Y no quiero sonar conspiratoria, pero esta actitud puede recordar a una forma de control social. Si le dices a la gente que cualquier cosa que le pase es culpa suya y que eviten a cualquiera que es un perdedor o un quejica, realmente estás previniendo cualquier tipo de crítica organizada o de resistencia.
Dice que el fracaso no se acepta en el mundo del pensamiento positivo, pero aquí existe la idea de que en Estados Unidos el fracaso es algo aceptado, incluso algo positivo en el currículum…
No, para nada. No hay espacio para ello. Hasta el punto de que no hay palabras para él, hay que encontrar otra manera de hablar de fracaso, como “un periodo de transición”, por ejemplo, en caso de que hayas perdido tu trabajo.

domingo, 20 de noviembre de 2016

Sonríe o muere : la trampa del pensamiento positivo





Barbara Ehrenreich tiene 70 años. Nació en Montana y vive en Nueva York; es madre de dos hijos y ejerce de abuela y de activista social. Es también una de las ensayistas más reconocidas de su país: ha escrito 25 libros que analizan temas tan variados como el feminismo (Por tu propio bien, Ed. Capital Swing), las pésimas condiciones laborales de las clases más pobres de Estados Unidos (Por cuatro duros, RBA) y la antropología de las celebraciones (Una historia de la alegría, Paidós). Ha colaborado también en algunos de los medios más prestigiosos de su país, como The New York Times y Time Magazine. Hace diez años, vivió el que define como el “peor momento de mi vida hasta ahora”: le diagnosticaron un cáncer de pecho. Una situación angustiosa que le provocó un lógico malestar y mucha incertidumbre.

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Sin embargo, Ehrenreich pronto descubrió que el “no estoy bien” no cuadraba en el nuevo mundo al que estaba accediendo. Un mundo de lazos y ositos rosas, al que se le dedican incontables páginas web, boletines, grupos de apoyo e, incluso, una revista mensual de alta gama. Y un mundo en el cual, descubrió, no todos ven la enfermedad con preocupación e, incluso horror –“por el contrario, la actitud que cunde es la de ánimo, ánimo a toda costa”, explica–. Y donde, a medida que se adentraba y leía blogs y libros y otros testimonios, se daba cuenta de que el miedo, el enfado y el pesimismo que ella sentía por sufrir la enfermedad no eran aceptables.
Cuando le dijeron que se tomara el cáncer “como un regalo”, sintió que se había llegado a un límite y respondió a aquella avalancha azucarada escribiendo Sonríe o muere. La trampa del pensamiento positivo (Ed. Turner); un libro en el que pasa revista a la influencia que ha tenido en la sociedad estadounidense la corriente del pensamiento positivo. Casi una nueva religión, que ella califica de dictadura, y que no sólo tiene influencia en el mundo del espectáculo (con sacerdotisas como Oprah Winfrey) y en la medicina, sino también en la vida privada y hasta en la economía. En Barcelona, donde estuvo invitada por el Centro de Cultura Contemporánea (CCCB), la ensayista conversó con el Magazine, recordando la importancia del pensamiento crítico como herramienta contra la injusticia social.

Explica en Sonríe o muere que cuantas más mujeres con cáncer conocía y más cosas leía, más sola se sentía… ¿Cómo era posible, con la cantidad de información, organizaciones y testimonios que hay alrededor de esta enfermedad?
Cuando me diagnosticaron el cáncer, mi primer impulso fue buscar apoyo, buscar a otras mujeres que pasaron por lo mismo. Me sentía furiosa, furiosa por tener la enfermedad y someterme a los tratamientos. Pero no encontré apoyo, sino todo tipo de exhortaciones de ser positiva: con mensajes como que no iba a mejorar si me enfadaba con mi situación. Que mi curación dependía de mi actitud. Y la cosa no acababa aquí, sino que se me instaba a ir más allá y sentir que el cáncer era una cosa maravillosa.

Eso es algo perverso…
Es muy perverso. De hecho, se usa un término que dice que el cáncer “es un regalo”. Alguien llegó a decírmelo, y yo le respondí que esperaba no figurar en su lista de Navidad… Estaba muy enfadada. Y, de hecho, fui a mi tratamiento con pensamientos muy negativos. Iba a las sesiones escuchando a Rage Against de Machine, un grupo de rap-metal, que se aleja de mi gusto musical habitual… Quizás debería escribir un libro sobre cómo te puedes curar de un cáncer estando así. Porque hoy sabemos, ya hay suficientes estudios hechos en los últimos diez años, que tu actitud no tiene nada que ver con tus posibilidades de sobrevivir cualquier tipo de cáncer. El mito ha sido desautorizado, ¡pero siguen diciéndolo!

¿Qué respuesta ha tenido su libro?
Mientras lo escribía pensé que iba a despertar mucho odio, que mi iniciativa de llevar la contraria iba a considerarse una traición. Y sí, en alguna ocasión he recibido algún mensaje horrible, pero es poco frecuente. En general, he recibido cartas y mensajes muy agradables, de gente que me ha dicho: “¡Gracias a Dios que has hablado!”. Muchas personas han agradecido mi libro porque creían que eran las únicas que pensaban que sufrir un cáncer no era algo agradable y que tenían derecho a estar enfadadas. Pensaban que había algo malo en ellas.

¿Por qué cree que el pensamiento positivo ha tenido tanto éxito en su país?
Creo que, en última instancia, viene debido a las grandes dosis de ansiedad e inseguridad que existen en Estados Unidos. El primer gran mercado para la motivación y el pensamiento positivo apareció en los años 50, en los departamentos de ventas de las empresas. El vender es un trabajo muy duro, son gente que va a ser rechazada la mayor parte de las veces, por lo que ha de levantarse, sonreír de nuevo y seguir adelante. Ese fue el principio del pensamiento positivo en el mundo corporativo, pero llegó un punto, en los años 90, que todo el mundo parecía necesitar motivación: ingenieros, técnicos…

Gente que ya estaba lo bastante ­motivada…
Sí. La otra gran parte, por eso, es que todo este auge coincidió en un tiempo en el que las empresas empezaron a recortar las plantillas como estrategia principal y eso eliminó algunos de los clásicos incentivos de trabajar para una empresa, como la posibilidad que ser promocionado y de poder estar allí de por vida. Eso ya no te lo ofrecen. Entonces, una forma sencilla para lidiar con el desespero y la ansiedad es pagar 25.000 dólares para que un conferenciante motivacional hable a los empleados que van a ir a la calle y les diga que todo lo malo que les pasa es un problema suyo, que lo que necesitan es una actitud diferente.

Una de las cosas que usted denuncia del pensamiento positivo es que promueve el individualismo, que liquida la empatía. ¿No es algo contradictorio?
Sí, no hay empatía. Eres solamente tú. Es una de sus trampas: el pensamiento positivo anula el sentimiento de colectividad. Y no quiero sonar conspiratoria, pero esta actitud puede recordar a una forma de control social. Si le dices a la gente que cualquier cosa que le pase es culpa suya y que eviten a cualquiera que es un perdedor o un quejica, realmente estás previniendo cualquier tipo de crítica organizada o de resistencia.
Dice que el fracaso no se acepta en el mundo del pensamiento positivo, pero aquí existe la idea de que en Estados Unidos el fracaso es algo aceptado, incluso algo positivo en el currículum…
No, para nada. No hay espacio para ello. Hasta el punto de que no hay palabras para él, hay que encontrar otra manera de hablar de fracaso, como “un periodo de transición”, por ejemplo, en caso de que hayas perdido tu trabajo.

¿El célebre “Yes we can” de Obama tenía algo que ver con esta ola de pensamiento positivo?
No, su origen es distinto: venía de un eslogan de un sindicato, “Sí se puede”. Y además, utilizaba un “we” (nosotros), no un “I” (yo), por lo que no suena a algo escrito en unas páginas de un libro de pensamiento positivo.

Usted explica que esta corriente está en muchos sectores de la sociedad, como la medicina, la religión, el espectáculo y en el mundo de los negocios. ¿Qué papel ha representado en este último?
En los últimos años el pensamiento positivo ha estado presente en el ámbito de las decisiones y las políticas económicas. Me remonto al 2006, que fue el año en el que en Estados Unidos el libro El secreto (una de las biblias del pensamiento positivo) se convirtió en un best seller. Fue también una época en la que prácticamente ni un economista decía que los precios de las casas no podrían seguir subiendo para siempre. La mayoría decía que era ley natural que aumentaran. Nadie, en el mundo de los negocios, pese a que mucha gente ya entonces en mi país vivía en la pobreza, sentía que podía suceder algo malo económicamente y que era inviable que esa supuesta prosperidad siguiera y siguiera… Pero es que podían despedirte si decías que algo no funcionaba o no podía funcionar, por muy bueno que fueras. Esta negación no fue la única causa de la crisis, claro, hubio muchas otras, como las desigualdades del estilo de vida americano, que hicieron a tanta gente objetivo de estas hipotecas basura, y también la codicia. Pero mezclado con todo ello estaba esa idea de que nada iba a ir mal.

Como otros libros de pensamiento positivo, El secreto se basa en una supuesta ley de la atracción, que postula que este tipo de pensamiento atrae bienes. ¿Conseguir la riqueza es importante en esta corriente?
Sí, el pensamiento positivo como vehículo para atraer dinero, no para hacer un mundo mejor… Es una corriente muy materialista.

¿Cree que, con esta crisis, tiene los días contados?
Estoy analizando esto. Uno de los candidatos a las primarias republicanas es un orador motivacional y usa este tipo de discurso. Dijo hace poco que “si no tienes un trabajo y no eres rico, no tienes a nadie más que culpar que a ti mismo…”. Por otro lado, veo pequeños signos de cambio en la Iglesia evangélica que, como explico en el libro, había abrazado por completo este pensamiento positivo con mensajes tipo “Dios quiere que seas rico”.

¿Es usted una persona positiva?
¡No! (rotunda) A veces soy optimista por ciertas cosas porque tengo razones para serlo, pero… Le daré un ejemplo muy básico: me he pasado gran parte de mi vida cuidando a niños pequeños (primero, a mis dos hijos; ahora, a mis nietas) y, cuando estás al cargo de niños, simplemente no puedes asumir que todo va a ir bien. Has de prever que es posible que sucedan accidentes, cosas malas… ¡Si hay silencio durante más de quince minutos, has de ir a ver qué pasa! Es así como hemos sobrevivido. Yo no puedo conducir un coche y ser positiva; tengo que pensar que los otros conductores son probablemente insensatos. Esta es una vigilancia normal que ha permitido a nuestra especie seguir adelante.

Barbara Ehrenreich estuvo en Barcelona, invitada por el CCCB, para dar una conferencia sobre la América post 11-S. Una etapa en la que se desató lo que define como “un patriotismo histérico” y de la que no le gusta realmente hablar. Entre otras cosas, porque para ella supuso el fin de la ironía en su cultura y el olvido de muchos otros temas importantes, como el aumento de la pobreza, al que dedicó otro libro, Por cuatro duros, donde denunciaba las deficientes condiciones laborales de millones de trabajadores estadounidenses.

La obsesión por la seguridad, en especial desde el 11-S, es casi un mantra en su país. ¿Cómo convive este sentimiento de miedo con este culto a lo positivo?
Es interesante porque la otra cara de la moneda de todo este pensamiento positivo es la paranoia: cualquiera que sube a un avión es un posible terrorista. Las dos cosas son contradictorias, pero van juntas.